Si es tu primera vez en Florianópolis, Brasil, y entraste a un sacolão, seguro te va a sorprender ver cuántas frutas raras hay… Una de ellas tal vez sea el maracujá,(o maracuyá) es una fruta del tamaño de una pera, amarilla y lisa, pero cuando la elijas debe estar medio arrugadita, y al sacudirla un poquito, debes sentir que se mueve la pulpa. Es indicio de que tiene jugo y está en su punto. Pero vamos a la receta del batido que haremos también con otra fruta deliciosa: manga (o mango).
La manga aquí no es fibrosa, tiene la textura parecida al durazno. Hay que comprarla madura, es decir que si presionas suavemente el dedo se hunde en la pulpa, pero tampoco debe estar muy blanda.
2 maracujás maduros
1 manga
2 cucharadas de azúcar
2 vasos de agua
Hielo y leche condensada a gusto (si le ponés media caja de leche condensada, se puede prescindir del azúcar).
Abrir el maracujá por arriba cortando una tapita y vaciar con cucharita como se ve en la foto.
Todas esas semillas rodeadas de su pulpa son lo comestible.
Licuar con los dos vasos de agua.
Colar, reservar el jugo y descartar las semillas marrones trituradas.
Enjuagar la licuadora, volver a licuar el jugo amarillo con la manga en trocitos, la leche condensada y el hielo.
Queda una crema super deliciosa con un dejo ácido, al que habrá suavizado el dulzor de la manga y la leche condensada.
Una variante es reemplazar la manga por tres bananas.
Y para los chicos grandes que quieran una nota playera… un toque de alguna bebida blanca, caña o vodka.
